Buscaba en mí lo que no había buscado nunca. Lo encontraba y se perdía. Nos perdíamos. Pero parpadeábamos un par de vez y ahí estábamos. Juntos. Nos hablaban tanto de un tal Amor y una tal Felicidad que perdíamos la cabeza tan sólo para llegar a conocerlos. Éramos amor y felicidad. Quién lo diría. Con el corazón pagado a plazos y amando como si debiéramos algo. Nos debiéramos algo. Nada era mejor que el momento. Ni siquiera cuando hacíamos que cualquier momento fuese el momento.
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