¿Qué le ha pasado al mundo? ¿Por qué somos unos egoístas? Los niños con tan solo 3 años tienen más juguetes que toda una generación de los 70, los adolescentes de hoy en día solo se divierten con una botella de alcohol debajo del brazo, es más, si no es a beber, no salen. Los adultos solo se preocupan de trabajar, trabajar y trabajar, de tener la casa curiosa, de lo que piensen sus vecinos, de aparentar tener mucho más de lo que tienen, de que sus hijos sean los mejores en todo, los más guapos, los más listos, los mejor vestidos, los que más cosas nuevas tienen, los que más de vacaciones se van...¿para qué todo esto? Nos hemos olvidado de lo esencial de la vida, de disfrutar de un café a las 6 de la mañana, de ver caer la noche con tu pareja, de disfrutar de los arco iris, de poder pasear de la mano sin que la gente te mire y te juzgue, de ser lo que quieres, por encima de lo que los demás digan, de convertirte en una persona realizada por el simple echo de aprovechar lo que te ofrece el día a día, de ayudar al prójimo que se encuentra en situaciones difíciles, de apoyarnos los unos en los otros, de no tener que decir las cosas que hacen felices a los demás, de decir lo que piensas, lo que de verdad te sale del corazón, que es mil veces mejor sentirse buena persona por decir lo que piensas que por aparentar lo que no eres. Queridas futuras generaciones, niños, adolescentes y adultos, queridos amigos y no tan amigos, queridas personas que formáis parte de este planeta, disfrutar de las pequeñas cosas como, cuando, donde y con quien queráis es lo mejor que nos ofrece el mundo, aprovechar el momento y disfrutar de los nuestros es lo que más feliz nos hace, aunque todavía no lo sepamos.
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