Y es que ya no sé como evitarlo, te pasas el día mintiendo, ya no me haces caso y todavía me preguntas que me pasa. Cada vez que intentas arreglar algo, metes más la pata, ya no te merece la pena. Ahora vendrás con las excusa de siempre, y entonces, te volveré a perdonar y pensaré que mañana las cosas van a cambiar, que todo va a acabar, pero no es así...
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