lunes, 24 de octubre de 2011
Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos
Lo que menos me gusta de echarte de menos es va por rachas. A días. Por momentos. En lugares concretos. Cuando menos te lo esperas. Llega sin avisar. Se queda un tiempo indefinido. No puedes dejar de hacerlo. Aunque lo intentes. Escuece, duele, quema, pica, desgarra, rompe, congela, hiela, arde, arranca, hiere, desquebraja, te hunde, te asfixia. ¿He dicho duele?Duele, mucho. Te despiertas y no sabes que va a pasar. Porque a veces, como dice Joaquín Sabina: "hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos".¿Pero sabes qué? Se pasa, siempre se pasa, te lo prometo.
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