viernes, 21 de octubre de 2011

Hate

Odio las aglomeraciones de gente, los que se quedan parados en el medio de la merienda y los que van de marrón y negro. Odio el chandal, odio los pantalones que se desaprietan en las rodillas, odio los días en los que te cambias mil veces de ropa y no te gusta ninguna. Odio que no me guste la comida que hay de comer, que se me atranquen los bocadillos antes de llegar al estómago y el pescado. Odio que no se me quede lo que estudio, y odio tener que estudiar para conseguir lo que quiero. Odio que se me ensucien los zapatos, odio que me pisen y odio que me toquen el pelo. Odio los semáforos. Odio que no me salude la gente por la calle o que te saluden y te critiquen a las espaldas, a ver como lo digo, si no me saludas, no me agregues al Tuenti. Odio que haya frío, que la leche esté fría, y que me enfríen las patatas. Odio a la gente que se pasa el día encima de ti, pero reconozco que me gusta esa sensación. Odio a los pelotas y empollones. Odio que me muevan mientras escribo y odio equivocarme encima de donde ya tengo puesto una vez el Tipex. Odio que me quede mal una hoja de la libreta, aunque la tenga que volver a repetir. Odio el repollo y el calabacín. Odio que la gente hable abrir los dientes. Odio a la gente que sabe mover partes de su cara y que yo no sepa. Odio sentir que un día vas preciosa vestida y ver a alguien que vaya mejor que tú. Odio que me pinte las uñas y toque algo y se me despinte media uña. Odio los días que llueve. Odio los insectos, sobre todo las arañas. Odio no tener perro. Odio no vivir sola, odio que me manden recoger justo en el momento en el que estoy haciendo más cosas. Odio tener sueño, dormir poco y tener que quedarme con el gusanillo en las series porque me puede el sueño. Pero lo que más odio, es querer cambiar tantas cosas que no me gustan y no poder.

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