El amor es como un juego de azar; empiezas con una pequeña apuesta y ves que se te da bien, que vas ganando cada vez más y sigues apostando. Llega el momento en el que ves que tienes tanta suerte que decides apostarlo todo; y ahí es cuando todo se decide.Pero nunca contamos que los juegos de azar muchas veces están trucados y en estos casos te arriesgas a eso, a que ahora que tienes todo en juego, el juego termine y tú lo pierdas absolutamente todo, por un simple juego.
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