martes, 3 de abril de 2012

Cuando beso, lo hago como si fuera la primera vez.

Ya, puede que sea un poco rara. Un día me verás llorando por los suelos, y al día siguiente dando saltos de alegría. Por las tardes puedo ser la más odiosa que conozcas y por las mañanas encantadora. Mis sonrisas te pueden embobar, pero tengo miradas que espantan. Habrá días que estará las 24h contigo, abrazándote, agobiándote, otros sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada me incumbe y nada tiene que ver conmigo, esos días...te aconsejo que no te molestes ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos, que conmigo o es blanco o es negro, que el gris para mí no existe; o te quiero, o te odio, o algo me gusta, o no puedo ni verlo, o me da igual, o todo me influye. También te darás cuenta de que me doy entera a todo, que las cosas, cuando decido hacerlas, las hago dando todo de mí, dejando sudor y lágrimas, que cuando río, me sale toda la fuerza en cada carcajada, que cuando me enfado, lo hago con energía, que cuando grito, me dejo la garganta, y cuando beso, lo hago como si fuera la última vez. Después de todo esto, si eres un poco inteligente, te darás cuenta de que me puedo ir de tu vida igual de rápido que llegué, sin esperarlo, con fuerza y de repente. Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño. Pero no te preocupes, cuando me vaya ya me conocerás lo suficiente y sabrás que hacer para que vuelva, sino lo sabes todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario