martes, 1 de noviembre de 2011

Maldita obviedad

Era una tarde de otoño, fría y típica de principios de noviembre. Salió a pasear.Hojas de árboles mojadas hacían de alfombra y las luces de la calle, de ese naranja tenue acompañaban sus pasos y daban forma a su sombra. Olía a fresco, a limpio, a inminente lluvia, el cielo, cubierto de nubes espesas y negras prometía tormenta. No había casi nadie en la calle, anochecía deprisa y empezaba a levantarse una brisa helada.Sin darse cuenta llegó al lugar de siempre, maldita obviedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario