sábado, 13 de julio de 2013

Sin fecha de caducidad.

Querido destino, después de varios días intentando recordar en qué momento comenzó todo, hemos llegado a una conclusión y es la siguiente: hemos hecho balance de los buenos y malos momentos vividos hasta ahora, los hemos analizado, física y psicológicamente (físicamente contemplando las cicatrices que han quedado marcadas en nuestros cuerpos y psicológicamente en forma de recuerdos de los que jamás podremos olvidarnos), hemos ido fragmentando momento por momento y hemos descubierto que, desde hoy, desde ayer y desde el día en el qué empezó todo, las cosas no han hecho más que crecer, ocupando todos y cada uno de los rincones disponibles en nuestro cuerpo, de arriba a abajo, como un virus o... como la luz viajando a velocidades increíbles o... como pestañear...da igual, todo ha crecido tan rápido que ahora es algo imposible de controlar, mucho más grande de lo que pensamos y ¿sabes qué? nos gusta, nos encanta, nos sentimos llenos, querido destino esta sensación es magnífica, es alucinante, es imposible de describir, te podríamos contar tantos momentos que nos han dejado sin aliento, tantas y tantas sonrisas que regalábamos a aquel que se parara a observarnos...una última cosa, destino, no sabemos cuando comenzó todo, no sabemos a dónde nos llevará este viaje, solo tenemos una cosa clara, no queremos que termine, no queremos que termine nunca, pagaremos el precio que haga falta, no queremos fecha de caducidad, seremos invencibles. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario