viernes, 25 de julio de 2014

Ojalá no reír de desesperación...



Ojalá no reír de desesperación y una bala hecha a mi medida, taladrando cada resto de caricias.
Ojalá dos trenes que se encuentran, tercera puerta al paraíso. Bonito si lo piensas, ahora vívelo.
Solo nos faltó soñar. Una margarita que ya no me quiere y unos dedos que ya no buscan, cansados de no encontrar.
Era fácil intentarlo. Había tanto que ganar. 
Ironías de la vida: dos pieles que riman pero que jamás van a sonar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario