sábado, 24 de noviembre de 2012

Maldita conciencia

Nunca le encontrado sentido: "quien no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera". Sin embargo, siempre me ha llamado la atención esa idea de desear algo que no te interesó cuando pudo ser tuyo, que no apreciabas o que simplemente ignorabas. A veces las personas llegamos a ser tan crueles que tenemos la capaz de destruir a los demás, de desintegrar cada parte de su corazón y dejarlo completamente seco y vacío, y la verdad, es que la mayoría de las veces ni siquiera tenemos constancia de que esto ocurre. Vamos a ser sinceros, a nosotros nos hacen daño, a nosotros nos destruyen pero nos da igual a lo que nosotros hacemos daño o a lo que destruimos. Somos unos egoístas. Sí, muy muy egoístas. Supongo que es ahí donde entra la conciencia, en ese espacio-tiempo que hay entre el daño que me hacen y el daño que hago. Cuando descubrimos que lo malas personas que son con nosotros tiene que ver con lo malos que somos nosotros con el de al lado. Nadie quiere darse cuenta de esto. Y nos da igual el resto de la gente, que nos quieran, que nos odien, que nos critiquen y que nos destruyan poco a poco porque nosotros somos tan buena gente con los demás que el daño que nos ocasionan se esfuma. Mentira. Incrédulos. Ignorantes. Cada pequeño dolor que sentimos viene con razón. Es la devolución a todas nuestras compras. Es el daño que un día hicimos a los demás. Mierda, es tarde para darse cuenta de que hay cosas que nunca volverán a ser tuyas, que aunque hayas cambiado, aunque pienses que ya no volverás a hacer daño no volverán a ti. Quedarán en la nada, en la más mísera soledad, olvidadas, como si nunca hubieran sucedido, como si toda la felicidad anterior se hubiese esfumado. Así, sin más,por culpa de todo el daño que hayamos hecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario